LAS

RAÍCES

A diario, muchas personas emprenden rutas migratorias altamente inseguras desde diferentes puntos del planeta. Uno de esos circuitos, el más mortífero de todos, comienza en el noroeste africano y pasa por Canarias con el objetivo de llegar a Europa. Es inherente al ser humano desplazarse y buscar mejores condiciones de vida. Sin embargo, esta aspiración se manifiesta de forma desigual según cuál sea el lugar de partida o los recursos de los que se dispongan. 

Las Raíces se adentra en las vidas de veinte de las personas, de distintas edades y procedencias, que sobrevivieron en esa peligrosa travesía y que estuvieron retenidas en el macrocampamento de Las Raíces, en Tenerife (Islas Canarias). Tras las cifras se ocultan múltiples historias, emociones y aspiraciones, así nos interesamos por retratar sus sueños y propósitos de vida, por el vacío que dejan en sus países de origen y por el devenir de su andadura. En este sentido, Las Raíces hace valer las palabras atribuidas al escritor Octavio Paz: “La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces”.

imagen con las palabras la corteza

Poner rostro y relato significa identificar. Y al identificarnos nos reconocemos. Al colocarnos de frente a los retratos y al conocer las historias de sus protagonistas se activa la empatía. Un espejo que al mirarnos nos despoja de miedos y lleva a la reflexión como un acto de justicia frente al discurso que estigmatiza la migración y que solo incita al racismo y a la xenofobia.

Edmirson, Badr, Aziz, Abdelkarim Hamir, Abdelkarim Najah, Ahmed, Altou, Ibrahima, Ismael, Mamadou, Mohamed, Omar Baldé, Omar Ndiaye, Ousmane, Rachid, Rhail, Samounou, Sidi, Tidiane y Youssef llegaron en patera a las costas canarias, sobreviviendo a la ruta migratoria más mortal del mundo. La criminalización vertida sobre ciertos tipos de migraciones provoca que los obstáculos no terminen en el mar, sino que, una vez en tierra, son retenidos en un macrocampamento llamado “Las Raíces” donde sus vidas quedan suspendidas. 

A su vez, la paradoja de “las raíces” se amplía puesto que se convierte en un enclave donde las diferentes raíces de cada quien convergen. Frente a las nefastas condiciones del campamento oficial, el de la vergüenza, surge un campamento alternativo, el de la dignidad. En él se fraguan redes de solidaridad y cuidados entre la población migrante y las diferentes personas que se acercan a mostrar su apoyo. Así, nace una forma de arraigo más relacionada con la comprensión mutua y la identificación entre iguales.

La raíz sujeta la planta a la tierra. La vida se crea a partir de las sinergias entre los diferentes elementos actuantes para que la raíz y la planta crezcan. Las raíces son importantes, sin embargo, también son invisibles. Lo que queda a la luz es la corteza.

Imagen de Ismael Sagna

Tiene 27 años y la doble nacionalidad gambiana y senegalesa, sin embargo ha vivido la mayor parte de su vida en Senegal. Empezó a estudiar… [Leer más]

Imagen de Edmirson Lamine Seydi

Es pintor y procede de Guinea-Bissau, de Mansôa, en la región de Oio. Nació allí hace 36 años. Desde 1998 ha vivido en guerra civil y con sus… [Leer más]

Imagen de Mohamed Lamine

Tomó una patera en Senegal con la que llegó a Tenerife en noviembre. Pero su viaje empezó mucho antes… [Leer más]

Es originario de El Kelaa des Sraghna, en Marruecos, donde nació hace 46 años. Desde 1995 es pescador y enseña con orgullo los vídeos que… [Leer más]

Imagen de Ahmed Lahmidy

Nació hace 28 años en la ciudad de Marrakech. En Marruecos, se ganaba la vida como fontanero. Sin embargo… [Leer más]

Imagen de Rachid Azaiter

Confeccionaba vestidos con su hermano en Saint-Louis, Senegal. Esos trajes tenían muchos colores: amarillos, verdes, anaranjados… [Leer más]

Imagen de Omar Ndiaye

A diario, muchas personas emprenden rutas migratorias altamente inseguras desde diferentes puntos del planeta. Uno de esos circuitos, el más mortífero de todos, comienza en el noroeste africano y pasa por Canarias con el objetivo de llegar a Europa. Es inherente al ser humano desplazarse y buscar mejores condiciones de vida. Sin embargo, esta aspiración se manifiesta de forma desigual según cuál sea el lugar de partida o los recursos de los que se dispongan. 

Las Raíces se adentra en las vidas de veinte de las personas, de distintas edades y procedencias, que sobrevivieron en esa peligrosa travesía y que estuvieron retenidas en el macrocampamento de Las Raíces, en Tenerife (Islas Canarias). Tras las cifras se ocultan múltiples historias, emociones y aspiraciones, así nos interesamos por retratar sus sueños y propósitos de vida, por el vacío que dejan en sus países de origen y por el devenir de su andadura. En este sentido, Las Raíces hace valer las palabras atribuidas al escritor Octavio Paz: “La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces”.

imagen de letras la corteza en color blanco

Poner rostro y relato significa identificar. Y al identificarnos nos reconocemos. Al colocarnos de frente a los retratos y al conocer las historias de sus protagonistas se activa la empatía. Un espejo que al mirarnos nos despoja de miedos y lleva a la reflexión como un acto de justicia frente al discurso que estigmatiza la migración y que solo incita al racismo y a la xenofobia.

Edmirson, Badr, Aziz, Abdelkarim Hamir, Abdelkarim Najah, Ahmed, Altou, Ibrahima, Ismael, Mamadou, Mohamed, Omar Baldé, Omar Ndiaye, Ousmane, Rachid, Rhail, Samounou, Sidi, Tidiane y Youssef llegaron en patera a las costas canarias, sobreviviendo a la ruta migratoria más mortal del mundo. La criminalización vertida sobre ciertos tipos de migraciones provoca que los obstáculos no terminen en el mar, sino que, una vez en tierra, son retenidos en un macrocampamento llamado “Las Raíces” donde sus vidas quedan suspendidas. 

A su vez, la paradoja de “las raíces” se amplía puesto que se convierte en un enclave donde las diferentes raíces de cada quien convergen. Frente a las nefastas condiciones del campamento oficial, el de la vergüenza, surge un campamento alternativo, el de la dignidad. En él se fraguan redes de solidaridad y cuidados entre la población migrante y las diferentes personas que se acercan a mostrar su apoyo. Así, nace una forma de arraigo más relacionada con la comprensión mutua y la identificación entre iguales.

La raíz sujeta la planta a la tierra. La vida se crea a partir de las sinergias entre los diferentes elementos actuantes para que la raíz y la planta crezcan. Las raíces son importantes, sin embargo, también son invisibles. Lo que queda a la luz es la corteza.

Imagen de Ismael Sagna

Tiene 27 años y la doble nacionalidad gambiana y senegalesa, sin embargo ha vivido la mayor parte de su vida en Senegal. Empezó a estudiar…

Imagen de Edmirson Lamine Seydi

Es pintor y procede de Guinea-Bissau, de Mansôa, en la región de Oio. Nació allí hace 36 años. Desde 1998 ha vivido en guerra civil y con sus…

Imagen de Mohamed Lamine

Tomó una patera en Senegal con la que llegó a Tenerife en noviembre. Pero su viaje empezó mucho antes…

Imagen de Ahmed Lahmidy

Es originario de El Kelaa des Sraghna, en Marruecos, donde nació hace 46 años. Desde 1995 es pescador y enseña con orgullo los vídeos que…

Imagen de Rachid Azaiter

Nació hace 28 años en la ciudad de Marrakech. En Marruecos, se ganaba la vida como fontanero. Sin embargo…

A diario, muchas personas emprenden rutas migratorias altamente inseguras desde diferentes puntos del planeta. Uno de esos circuitos, el más mortífero de todos, comienza en el noroeste africano y pasa por Canarias con el objetivo de llegar a Europa. Es inherente al ser humano desplazarse y buscar mejores condiciones de vida. Sin embargo, esta aspiración se manifiesta de forma desigual según cuál sea el lugar de partida o los recursos de los que se dispongan. 

Las Raíces se adentra en las vidas de veinte de las personas, de distintas edades y procedencias, que sobrevivieron en esa peligrosa travesía y que estuvieron retenidas en el macrocampamento de Las Raíces, en Tenerife (Islas Canarias). Tras las cifras se ocultan múltiples historias, emociones y aspiraciones, así nos interesamos por retratar sus sueños y propósitos de vida, por el vacío que dejan en sus países de origen y por el devenir de su andadura. En este sentido, Las Raíces hace valer las palabras atribuidas al escritor Octavio Paz: “La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces”.

imagen de letras la corteza en color blanco

Poner rostro y relato significa identificar. Y al identificarnos nos reconocemos. Al colocarnos de frente a los retratos y al conocer las historias de sus protagonistas se activa la empatía. Un espejo que al mirarnos nos despoja de miedos y lleva a la reflexión como un acto de justicia frente al discurso que estigmatiza la migración y que solo incita al racismo y a la xenofobia.

Edmirson, Badr, Aziz, Abdelkarim Hamir, Abdelkarim Najah, Ahmed, Altou, Ibrahima, Ismael, Mamadou, Mohamed, Omar Baldé, Omar Ndiaye, Ousmane, Rachid, Rhail, Samounou, Sidi, Tidiane y Youssef llegaron en patera a las costas canarias, sobreviviendo a la ruta migratoria más mortal del mundo. La criminalización vertida sobre ciertos tipos de migraciones provoca que los obstáculos no terminen en el mar, sino que, una vez en tierra, son retenidos en un macrocampamento llamado “Las Raíces” donde sus vidas quedan suspendidas. 

A su vez, la paradoja de “las raíces” se amplía puesto que se convierte en un enclave donde las diferentes raíces de cada quien convergen. Frente a las nefastas condiciones del campamento oficial, el de la vergüenza, surge un campamento alternativo, el de la dignidad. En él se fraguan redes de solidaridad y cuidados entre la población migrante y las diferentes personas que se acercan a mostrar su apoyo. Así, nace una forma de arraigo más relacionada con la comprensión mutua y la identificación entre iguales.

La raíz sujeta la planta a la tierra. La vida se crea a partir de las sinergias entre los diferentes elementos actuantes para que la raíz y la planta crezcan. Las raíces son importantes, sin embargo, también son invisibles. Lo que queda a la luz es la corteza.

Imagen de Ismael Sagna

Tiene 27 años y la doble nacionalidad gambiana y senegalesa, sin embargo ha vivido la mayor parte de su vida en Senegal. Empezó a estudiar…

Imagen de Edmirson Lamine Seydi

Es pintor y procede de Guinea-Bissau, de Mansôa, en la región de Oio. Nació allí hace 36 años. Desde 1998 ha vivido en guerra civil y con sus…

Imagen de Mohamed Lamine

Tomó una patera en Senegal con la que llegó a Tenerife en noviembre. Pero su viaje empezó mucho antes…

Imagen de Ahmed Lahmidy

Es originario de El Kelaa des Sraghna, en Marruecos, donde nació hace 46 años. Desde 1995 es pescador y enseña con orgullo los vídeos que…

Imagen de Rachid Azaiter

Nació hace 28 años en la ciudad de Marrakech. En Marruecos, se ganaba la vida como fontanero. Sin embargo…