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Imagen de Mohamed Lamine

Mohamed Lamine

Tomó una patera en Senegal con la que llegó a Tenerife en noviembre. Pero su viaje empezó mucho antes.

Hace 19 años Mohamed nació en Guinea-Conakri, en la región de Kindia. Un día, cuando tenía seis años, se encontró a sus padres sin vida en su casa. A partir de entonces fue su tía quien lo crió. Desgraciadamente, ella fallece en 2015 de ébola.

Con 14 años, Mohamed abandona su país natal y el club de fútbol en el que jugaba como lateral defensa de forma profesional para irse a Senegal. Un amigo lo condujo a la región de Casamanza, donde vendía cosas, como café, para ganarse la vida.

Aunque Mohamed habla cuatro lenguas diferentes, con ninguna puede expresar ni detallar todo lo que ha pasado para llegar hasta aquí. Se le corta la voz al hablar del trayecto en patera, al recordar a las personas queridas tan cercanas y que perdió siendo un niño. 

En Las Raíces el alma no está tranquila, dice. Las condiciones allí son horribles y se retrasa todo con creces. Su proyecto es llegar a Mónaco, donde tiene unos amigos y donde espera poder trabajar en lo que sea ¿de futbolista, quizá? 

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Mohamed Lamine

Imagen de Mohamed Lamine

Tomó una patera en Senegal con la que llegó a Tenerife en noviembre. Pero su viaje empezó mucho antes.

Hace 19 años Mohamed nació en Guinea-Conakri, en la región de Kindia. Un día, cuando tenía seis años, se encontró a sus padres sin vida en su casa. A partir de entonces fue su tía quien lo crió. Desgraciadamente, ella fallece en 2015 de ébola.

Con 14 años, Mohamed abandona su país natal y el club de fútbol en el que jugaba como lateral defensa de forma profesional para irse a Senegal. Un amigo lo condujo a la región de Casamanza, donde vendía cosas, como café, para ganarse la vida.

Aunque Mohamed habla cuatro lenguas diferentes, con ninguna puede expresar ni detallar todo lo que ha pasado para llegar hasta aquí. Se le corta la voz al hablar del trayecto en patera, al recordar a las personas queridas tan cercanas y que perdió siendo un niño. 

En Las Raíces el alma no está tranquila, dice. Las condiciones allí son horribles y se retrasa todo con creces. Su proyecto es llegar a Mónaco, donde tiene unos amigos y donde espera poder trabajar en lo que sea ¿de futbolista, quizá?