imagen con las palabras la corteza
English    |    Français
Imagen de Omar Baldé

Omar Baldé

Es senegalés, de Casamanza. El conflicto armado que vive la región se saldó con el asesinato de su padre y de su hermano mayor en 2019, cuando estaban en su casa. No quisieron colaborar con los rebeldes que asaltaron su hogar. Omar regresaba de dar clase como maestro cuando se los encontró. Sin poder habitar el mismo techo en el que se produjo esa tragedia atroz, huyó con su madre, gambiana, a Birkama. Pero para él, no había un sitio seguro.

Su tío en Gambia organizó su viaje en patera: tenía que irse. Después de llegar a Canarias, lleva meses en Las Raíces, donde lo llaman “El profesor”. Es un hombre de 30 años con un profundo sentido de la vida, capaz de explicar emociones y experiencias difíciles de apalabrar: la guerra, la inseguridad constante, tener que huir, dejarlo todo y no tener nada.

Omar dice que habitar Casamanza es como haber muerto hace mucho tiempo. Por eso no importa subirse en una patera, asumir riesgos, tener que esperar en un campamento como Las Raíces a que avance su petición de asilo. Los esfuerzos de Omar se concentran en permanecer tranquilo, con su espíritu en calma: infundirse una suerte y una esperanza que no conoce.

imagen con las palabras la corteza
English    |    Français

Omar Baldé

Imagen de Omar Baldé

Es senegalés, de Casamanza. El conflicto armado que vive la región se saldó con el asesinato de su padre y de su hermano mayor en 2019, cuando estaban en su casa. No quisieron colaborar con los rebeldes que asaltaron su hogar. Omar regresaba de dar clase como maestro cuando se los encontró. Sin poder habitar el mismo techo en el que se produjo esa tragedia atroz, huyó con su madre, gambiana, a Birkama. Pero para él, no había un sitio seguro.

Su tío en Gambia organizó su viaje en patera: tenía que irse. Después de llegar a Canarias, lleva meses en Las Raíces, donde lo llaman “El profesor”. Es un hombre de 30 años con un profundo sentido de la vida, capaz de explicar emociones y experiencias difíciles de apalabrar: la guerra, la inseguridad constante, tener que huir, dejarlo todo y no tener nada.

Omar dice que habitar Casamanza es como haber muerto hace mucho tiempo. Por eso no importa subirse en una patera, asumir riesgos, tener que esperar en un campamento como Las Raíces a que avance su petición de asilo. Los esfuerzos de Omar se concentran en permanecer tranquilo, con su espíritu en calma: infundirse una suerte y una esperanza que no conoce.