Imagen de Sidi Sow

Samounou Barrai

Nació en Kita, en Malí, hace 43 años. Los militares entraron en su pueblo y asesinaron vilmente a su padre y a su madre junto a otras 30 personas en 2015. Saquearon y quemaron las casas. Golpearon a los civiles, como Samounou, sin ningún sentido. Huyó con su mujer, sus tres hijas y su hijo. Buscó la manera de enviar a su familia con la madre de su mujer a Soroma, porque él emprendió el camino hacia Argelia. Llegó a pie a Gao y de ahí siguió para el norte. Se estableció en el municipio de Saoula, en Argel. Allí pasó cinco años en los que se dedicó al cultivo de tomates. Escuchó que había una forma de llegar a España, desde Marruecos. Así que, para alcanzar este objetivo, Samounou se fue desplazando en función del trabajo que encontraba. Vivió en Uchda, El Aaiún, Tan-Tan, Dajla. Necesitaba mucho dinero para tomar una patera desde la costa marroquí, así que trabajó en lo que pudo durante un año. Espera el día en que le concedan el asilo político, llegar a Madrid donde, piensa, hay trabajo. Desde allí, podrá reclamar a su familia, que se encuentra todavía insegura en Malí y que no ve desde hace seis años.

imagen con las palabras la corteza

Samounou Barrai

Imagen de Sidi Sow

Nació en Kita, en Malí, hace 43 años. Los militares entraron en su pueblo y asesinaron vilmente a su padre y a su madre junto a otras 30 personas en 2015. Saquearon y quemaron las casas. Golpearon a los civiles, como Samounou, sin ningún sentido. Huyó con su mujer, sus tres hijas y su hijo. Buscó la manera de enviar a su familia con la madre de su mujer a Soroma, porque él emprendió el camino hacia Argelia. Llegó a pie a Gao y de ahí siguió para el norte. Se estableció en el municipio de Saoula, en Argel. Allí pasó cinco años en los que se dedicó al cultivo de tomates. Escuchó que había una forma de llegar a España, desde Marruecos. Así que, para alcanzar este objetivo, Samounou se fue desplazando en función del trabajo que encontraba. Vivió en Uchda, El Aaiún, Tan-Tan, Dajla. Necesitaba mucho dinero para tomar una patera desde la costa marroquí, así que trabajó en lo que pudo durante un año. Espera el día en que le concedan el asilo político, llegar a Madrid donde, piensa, hay trabajo. Desde allí, podrá reclamar a su familia, que se encuentra todavía insegura en Malí y que no ve desde hace seis años.