Sidi Sow
Tiene 17 años y desde los 12 años es mecánico de motos. Es el hijo mayor de una familia oriunda de Saint-Louis, en Senegal, y el único que trabaja en ella.
Su objetivo en la vida es aprender, trabajar y, con el dinero que gane, ayudar a su madre, porque es quien cuida de sus tres hermanas y sus dos hermanos. Sidi está decidido a hacer que una de sus hermanas pequeñas que nació con una enfermedad no diagnosticada, se cure. La fuerza que tiene ella para salir adelante fue la gran motivación para que Sidi, una noche, se subiera en una patera. Sin avisar a nadie, sin que nadie lo viera. Espera que sus hermanas y hermanos nunca vivan lo que experimentó en el trayecto. Ahora bien, por ellxs, Sidi volvería a correr el mismo riesgo. Volvería a pasar ocho días en medio del océano, volvería a afrontar esos miedos que sólo pueden conocer las personas que han sobrevivido a una experiencia así.
Un familiar lejano que vive en Madrid lo puede recibir, ayudarlo a que estudie, aprender español… por eso, al llegar a Canarias, no dijo a nadie que era menor porque quería continuar su camino. Sólo quiere llegar a Madrid. Desde allí la fuerza que lo mueve a hacer todo, se encargará del resto.
Sidi Sow
Tiene 17 años y desde los 12 años es mecánico de motos. Es el hijo mayor de una familia oriunda de Saint-Louis, en Senegal, y el único que trabaja en ella.
Su objetivo en la vida es aprender, trabajar y, con el dinero que gane, ayudar a su madre, porque es quien cuida de sus tres hermanas y sus dos hermanos. Sidi está decidido a hacer que una de sus hermanas pequeñas que nació con una enfermedad no diagnosticada, se cure. La fuerza que tiene ella para salir adelante fue la gran motivación para que Sidi, una noche, se subiera en una patera. Sin avisar a nadie, sin que nadie lo viera. Espera que sus hermanas y hermanos nunca vivan lo que experimentó en el trayecto. Ahora bien, por ellxs, Sidi volvería a correr el mismo riesgo. Volvería a pasar ocho días en medio del océano, volvería a afrontar esos miedos que sólo pueden conocer las personas que han sobrevivido a una experiencia así.
Un familiar lejano que vive en Madrid lo puede recibir, ayudarlo a que estudie, aprender español… por eso, al llegar a Canarias, no dijo a nadie que era menor porque quería continuar su camino. Sólo quiere llegar a Madrid. Desde allí la fuerza que lo mueve a hacer todo, se encargará del resto.
